
Todo empezó con una promesa.
Susan G. Komen y Nancy G. Brinker
Mensaje de nuestro Fundador
Me llamo Nancy G. Brinker y en el año 1980 tuve que ver cómo mi abnegada, valiente y brillante hermana Susan perdía la batalla contra el cáncer de mama a la edad de 36 años. Antes de morir, me hizo prometerle que encontraría una cura para esta enfermedad y que todas las mujeres tendrían acceso a los recursos necesarios para luchar contra el cáncer de mama.
Tras fundar y construir Susan G. Komen durante más de 40 años y recaudar 3.000 millones de dólares, supe que había llegado el momento de empezar a cumplir la segunda promesa que le hice a Suzy: ayudar a las mujeres a acceder a cuidados que salvan vidas.
Estaba sentada frente a mi computadora en la primavera de 2018 cuando me encontré con un estudio que reveló que mi estado natal de Florida ocupaba el ÚLTIMO lugar en la nación en cuanto a la proporción de mujeres no ancianas con seguro de salud. Después de investigar más, descubrí que mi propio condado, el condado de Palm Beach, tenía algunas de las peores disparidades de salud para las mujeres, especialmente las mujeres con cáncer.
Así era, así era como iba a cumplir mi segunda promesa a mi querida hermana, iba a cambiar radicalmente el sistema sanitario, empezando por el de mi patio trasero.
Llamé a dos de mis mejores amigas, Julie Fisher-Cummings y Laurie Silvers, que también han dedicado su vida a trabajar para mejorar la calidad de vida de hombres y mujeres de todos los estratos socioeconómicos en muchas áreas de necesidad diferentes. No podían creer lo que les estaba ocurriendo a las mujeres con cáncer de mama y de cuello uterino en nuestra propia comunidad y juntas formamos el Fondo Promesa de Florida.
Puede que esta organización no lleve el nombre de mi hermana, pero sí su espíritu ardiente. La siento empujarme cada día a luchar por estas mujeres que no pueden recibir atención oncológica. Nunca olvidaré cuando estaba sentada con Suzy en el hospital y miramos a la sala de espera y vimos un mar de mujeres suplicando impotentes que las atendieran. Se volvió hacia mí y me dijo:
"El lugar donde vive una mujer no debería determinar si vive".
Me acuerdo de estas palabras todos los días mientras trabajo para ayudar a todas las mujeres a prevenir y combatir el cáncer de mama y de cuello uterino. Todas las mujeres merecen una atención que les salve la vida y el Fondo Promesa no descansará hasta que ninguna mujer muera de cáncer de mama o de cuello uterino en fase avanzada.
Una vez me preguntaron: "¿qué diría Suzy del trabajo que estás haciendo con el Fondo Promesa?". Y yo respondí "me diría que me diera prisa y lo hiciera". Sé que Suzy me anima y estaría muy orgullosa de todo el trabajo que hemos hecho y que seguiremos haciendo por las mujeres.